Vamos con la ocho, que creo que luego es cuando se grita Mambo. Clásico entre los clásicos, de la época de cuando los estudios dejaban que los directores jovencitos se hiciesen sus pajas mentales, así como que los actores de vez en cuando también, mientras no empezaran a ver duendes verdes ni lluvia cayendo hacia arriba.
De esa época, antes de la entrada masiva del márketing total, es también The Trip, a la cual hice referencia en una entrada anterior. Hoy nos ocupa otro experimento fílmico, "Easy Rider"(Denis Hopper, 1969). La peli debió de ser un brainstorming de ácido de Peter Fonda, Jack Nicholson y el propio Hopper, porque una peli así hoy sería impensable.
¿Por dónde empezar? Dos tipos que no sabría definir, semihippies, contraculturales, moteros, suburbanos, se disponen a realizar un viaje desde Los Ángeles hacia la Costa Este para conocer América y pasar por el Mardi Gras de Nueva Orleans. Todo lo financia la venta de droga a un tipo adinerado que encarnaba, por cierto, Phil Spector, el de las Ronettes y la "pared sonora", también en el ajo (valga la expresión).
Ahí empieza un recorrido que les lleva por lugares , tanto de los pueblos de la América profunda como de las comunidades hippies reales de la época, a la par que descubren sus propios miedos y realidades.
El concepto de libertad e independencia del americano se revisa durante el viaje, especialmente durante la parte magistral del personaje de Nicholson, un abogado alcohólico de mente preclara, que vaticina los destinos la gente teóricamente libre, como ellos. El choque entre la explosión de libertad sesentera urbana y el establishment WASP del sistema, así como las propias contradicciones de unos y otros queda perfectamente retratado.
A destacar cierta parte de la película en la que suena la música de The Band mientras el sol se pone en el desierto. Incluso estéticamente resultaba ser muy atractiva, lo que también facilitaba su distribución, a pesar de ser una película esencialmente de carga política.
Está caralluda, nenos e nenas! Así que menos salsa rosa y más darle de comer al intelecto, que Paquirrín ya sabemos a qué anda!
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